Asimismo, la Defensoría recuerda que la salud trasciende cualquier ideología o interés político. Es un bien común que requiere de la colaboración entre naciones, sectores y actores diversos. Politizar un ámbito que debería regirse por evidencia científica y solidaridad global contradice los principios éticos que deben guiar las políticas públicas. La historia ha demostrado que las grandes crisis sanitarias solo se superan mediante acciones coordinadas y sin exclusiones, donde primen la transparencia y el compromiso con la dignidad humana.
Instamos al Gobierno Nacional a reconsiderar esta posible decisión y a priorizar el diálogo constructivo dentro de la OMS para abordar cualquier discrepancia. La salud pública no puede ser moneda de cambio en disputas coyunturales. Por el contrario, debe fortalecerse con más cooperación, acceso equitativo a recursos y una visión de Estado que proteja a las generaciones presentes y futuras.
La Defensoría del Pueblo reafirma su compromiso de seguir trabajando junto a la sociedad y organizaciones para garantizar que ningún retroceso afecte la salud de nuestra población".