Agustín y Alexander viven en un humilde rancho cerca del Parque Industrial, en una situación precaria. A pesar de las dificultades económicas, los chicos se levantan cada día para trabajar como limpiavidrios en el cruce de Bonduel y Benavídez. Fue allí, ese viernes por la tarde, cuando escucharon los gritos de auxilio de las mujeres y no dudaron en saltar al canal para salvarlas. "Ese día perdimos toda la recaudación del día y hasta mi documento, pero la plata va y viene, la vida es una sola y lo que hicimos, la verdad, que la plata no vale nada", expresó Agustín, con la mirada llena de emoción.
No todos los héroes usan capa: los tres limpiavidrios que salvaron tres vidas
Después del rescate, la madre y una de las hijas salvadas los buscaron para agradecerles personalmente. Agustín comentó que las mujeres los llamaron "ángeles" . Con una sonrisa, agregó: "Les dijimos que viviamos en la calle, pero que eso no le importaba, así que con gusto vamos a comer el asado".
A pesar de las dificultades económicas, los chicos mantienen la esperanza de poder cambiar su situación. "La gente piensa que porque somos limpiavidrios somos ladrones. No hay que meter a todos en la misma bolsa, yo trabajo todos los días", afirmó Alexander, con firmeza.
Agustín y Alexander, con su gesto heroico, no solo salvaron tres vidas, sino que también demostraron que la solidaridad y el trabajo honesto siempre tienen un valor mucho mayor que cualquier dificultad material.
Embed - LOS HÉROES TAMBIÉN NECESITAN AYUDA.